Dos libros dos
Dos libros dos, recomendados para leerse así, uno tras otro.
Son diferentes, en tema y estilo, pero algún eco les presta cierta correspondencia. Satán me quiere es de un británico, Robert Irwin. Jardines de Kensington es del argentino Rodrigo Fresán. Ambas novelas comparten escenario: la ciudad de Londres en un momento muy especial de su historia: los psicodélicos sesenta. Ambos libros tratan, de alguna manera, sobre los niños perdidos.
Satán me quiere está escrito en forma de un diario personal que el protagonista, un joven hippie londinense en tren de prepararse para ingresar en una secta,va desgranando a lo largo de varios meses durante el año de gracia de 1967.
Jardines de Kensington alterna los recuerdos de infancia de su protagonista en el seno de su lisérgica familia en el Swinging London, con la crónica de la bizarra relación establecida entre el escritor J. M. Barrie con los hermanitos Llewelyn Davies, que daría origen al icono infantil Peter Pan, en la época posvictoriana.
El protagonista de Jardines de Kensington hace una confesión alucinada de su niñez y, de paso, de la de Barrie, niños perdidos a partir de una tragedia familiar, sobre los riesgos de crecer y volverse adulto, y pasa del mundo victoriano de Barrie a la versión psicodélica del no crecerás de la revolución sesentera.
El protagonista de Satán me quiere, que casualmente se llama Peter, vive en estado de permanente inmadurez, buscando la fórmula mágica para no hacerse adulto, no envejecer, no morir, para acabar sumergiéndose en una mezcolanza de ocultismo, satanismo y desbarrante drogodelia.
Novelas de náufragos de la vida, divertidas, desaforadas, y con final trágico, como debe ser. Ambas editadas por Mondadori.
Son diferentes, en tema y estilo, pero algún eco les presta cierta correspondencia. Satán me quiere es de un británico, Robert Irwin. Jardines de Kensington es del argentino Rodrigo Fresán. Ambas novelas comparten escenario: la ciudad de Londres en un momento muy especial de su historia: los psicodélicos sesenta. Ambos libros tratan, de alguna manera, sobre los niños perdidos.
Satán me quiere está escrito en forma de un diario personal que el protagonista, un joven hippie londinense en tren de prepararse para ingresar en una secta,va desgranando a lo largo de varios meses durante el año de gracia de 1967.
Jardines de Kensington alterna los recuerdos de infancia de su protagonista en el seno de su lisérgica familia en el Swinging London, con la crónica de la bizarra relación establecida entre el escritor J. M. Barrie con los hermanitos Llewelyn Davies, que daría origen al icono infantil Peter Pan, en la época posvictoriana.
El protagonista de Jardines de Kensington hace una confesión alucinada de su niñez y, de paso, de la de Barrie, niños perdidos a partir de una tragedia familiar, sobre los riesgos de crecer y volverse adulto, y pasa del mundo victoriano de Barrie a la versión psicodélica del no crecerás de la revolución sesentera.
El protagonista de Satán me quiere, que casualmente se llama Peter, vive en estado de permanente inmadurez, buscando la fórmula mágica para no hacerse adulto, no envejecer, no morir, para acabar sumergiéndose en una mezcolanza de ocultismo, satanismo y desbarrante drogodelia.
Novelas de náufragos de la vida, divertidas, desaforadas, y con final trágico, como debe ser. Ambas editadas por Mondadori.
3 comentarios
wilbur mercer -
Bienvenido a esta humilde morada todas las veces que quieras!
blackonion -
Me alegra que te gustase Satan me quiere ;).
Te iré visitando de vez en cuando, si te parece bien.
Un saludo.
ojoblindado -
NANA de Chuck Palaniuk.
¡Buen viaje!