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Electrodomísticos sorprendentes: El Acumulador de oraciones

Electrodomísticos sorprendentes: El Acumulador de oraciones

En una antigua entrada de este santo blog, hablábamos de un sorprendente artefacto, el electropsicómetro, una auténtica máquina religiosa inventada a principios de los años 50 por los inspirados líderes de la Cienciología. Hoy recordaremos otra maquinaria igualmente inquietante, un artefacto cuyo poder divino no le va a la zaga y que podría inaugurar, junto con aquel, una nueva categoría tecnológica a la que llamaremos electrodomísticos (ji ji). Hablamos de la Batería de Energía de Oración, una especie de acumulador desarrollado por una peculiar confesión religiosa que responde al nombre de Sociedad Aetherius. 

Este culto nace en Inglaterra, hacia los años cincuenta. Es una religión peculiar, pero con un rasgo en común con el resto de las confesiones: como todas, esta es también la única religión verdadera. Su creador y principal gurú fue el doctor George King, un atildado británico experto en yoga que en 1954 entró en contacto con entidades extraterrestres y, siguiendo sus consejos, fundó la que quizás sea la primera iglesia erigida en torno a los OVNIs.

El dr. King tomó contacto con los alienígenas en forma de transmisión mental: el día 8 de mayo de 1954 estaba en su casa, solo y al parecer sobrio, cuando oyó una voz que le ordenaba: “¡Prepárate! Vas a ser la voz del Parlamento Interplanetario.” Eran nada menos que los Maestros Espaciales del Sistema Solar, que le hacían una oferta que no podría rechazar. A partir de ese momento el dr. George King comenzó a difundir la Buena Nueva, rodeándose de muchos discípulos y seguidores incondicionales. Nació así la Sociedad Aetherius, que combinaba disciplinas como el yoga (imprescindible para conseguir un estado mental que permitiera sintonizar con los Maestros Espaciales), mas elementos del cristianismo, hinduismo, budismo y otros cultos. Esos Maestros Espaciales eran, según explicó King, unos extraterrestres espiritualmente evolucionados, procedentes de varios puntos del sistema solar, que querían transmitirnos un mensaje de advertencia sobre los peligros que acechan a la humanidad, principalmente en forma de cataclismos, terremotos y otras grandes catástrofes naturales. El doctor King llegó a recibir durante su vida unas 600 transmisiones de los muy locuaces Maestros Espaciales. Estos Maestros (el cabecilla de los cuales era un tal Aetherius), se ofrecían a poner a nuestra disposición su tecnología de avanzada para poder evitar esa serie de catastróficas desgracias.

Y la más importante de estas tecnologías es, con diferencia, un método de invocación y manipulación de energía espiritual por medio de oraciones y rezos, a través de una batería radiónica que acumula y redirige esas energías hacia las causas de aquellos cataclismos, evitando así que se produzcan. Esta sofisticadísima máquina es una caja metálica rectangular, colocada sobre un trípode de madera para que quede a la altura del oficiante. Este, apoyando la mano sobre el artefacto y con la otra mano en alto, formando un mudra, se dedicará a repetir oraciones durante una hora (generalmente mantras, como el clásico ommm...), rezos que van recargando el acumulador. De esta manera, cada semana se llena cada batería con la energía espiritual (un tipo de energía ciertamente difícil de medir) de miles de horas de oración de todos los seguidores de la Sociedad. Esta energía luego se redirige (con ayuda de los Maestros Espaciales, claro) a solucionar todos los problemas del mundo. Dondequiera que haya una crisis, como un huracán, un terremoto o incluso una guerra, este almacén de energía edificante puede ser liberado de inmediato. De hecho, miembros de la Sociedad han dejado claro que el 11S nunca hubiera tenido lugar si hubiera habido más Baterías de Oraciones en funcionamiento, por lo que queda claro, señora, que este electrodomístico no debería faltar en ningún hogar moderno.

El aparato, huelga decirlo, está fabricado siguiendo estrictas normas de calidad extraterrestre, pues los Maestros pusieron su tecnología punta en manos del dr. King. quien nunca llegó a desvelar detalles de su funcionamiento exacto.

La Sociedad Aetherius, implantada en varios países, ha conocido en décadas pasadas momentos de mayor esplendor. Hoy en día, hay que decirlo, solo cuenta con poco más de unos 600 miembros en activo, si hemos de creerle a la wikipedia. Aún así, estos hombres heroicos siguen incansablemente con su tarea de recargar baterías para evitar males mayores. Desde aquí tenemos el convencimiento de que si hemos podido sortear el Fin del Mundo anunciado por los mayas ha sido gracias a la acción de sus Baterías de Oraciones. Son pocos, pero buenos.

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