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Peregrinación a la ciudad sagrada (primera parte)

Peregrinación a la ciudad sagrada (primera parte)

Peregrinación a la ciudad sagrada (primera parte)

 De niño pensaba que las matemáticas eran una especie de tortura gratuita que nos infrigían en el colegio por pura maldad, Estaba convencido de que aquellas filigranas abstractas no servían para nada. Me llevó mucho tiempo comprender su valor fundamental en dos aspectos: con las matemáticas se puede desentrañar la estructura oculta del universo, y además se puede ganar en el casino.

 

W. Mercer - Corresponsal en Nevada

Hay ciudades que tienen el poder de concentrar en su perímetro una luz mística, un intenso reverbero de espiritualidad. Así se produce un constante flujo de peregrinos que, en su incansable búsqueda, parecen acudir a una llamada, como las polillas al resplandor de la luz.

En el Mundo Árabe los hombres dicen que al menos una vez en la vida deben ir a la Meca. En Medio Oriente, las masas se agolpan a las puertas de Jerusalén. En Occidente, los nuevos místicos responden al influjo de los neones de Las Vegas.

Si al día de hoy queda algún impulso metafísico en el materialista occidente, lo podemos encontrar, sin duda, en Las Vegas. Allí se concentra la gente que sostiene que no existe el Azar. Que hay una arquitectura oculta en el universo, y que si llegamos a descubrirla, podremos dominar el destino. Son los profetas de la Esperanza Matemática.

Me preparo para entrevistarme con uno de estos modernos cabalistas, un auténtico representante de este neopitagorismo: mi contacto en Las Vegas, José Martingala (el nombre es ficticio) está dispuesto a revelarme parte de los secretos del Culto. 

Mientras hago tiempo, recorro la ciudad santa: En los últimos años ha cambiado mucho. Las tradicionales mafias que gobernaban la ciudad con tacto exquisito están siendo progresivamente reemplazadas por organizaciones mucho más peligrosas: la Disney, la MGM o la Warner son algunas de las grandes corporaciones de la industria del entretenimiento que controlan ahora los casinos, y la ciudad está adquiriendo ese inconfundible tufo a parque temático para toda la familia. De lo que alguna vez Tom Wolfe definió como “la única escuela arquitectónica genuinamente 100% americana”, a base de gigantescas electrografías de neones, acaso sólo quede el mítico Flamingo, con su inconfundible fachada rosa. Otro de los grandes templos que aún conserva casi todo su auténtico sabor es el Luxor, con su gigantesca esfinge de Gizeh de cartón-piedra a la entrada, oteando el desierto, como su prima del Nilo.

En el interior de estas sagradas catedrales también se nota la influencia de los nuevos amos: cientos y cientos de máquinas tragaperras (slot machines) han desplazado a un rincón del fondo a las mesas de ruleta, los auténticos altares sobre los que se celebran los Misterios de la Abolición del Azar, que vamos a intentar describir con la mayor precisión posible para los atentos lectores de La Caja Negra.

Asisto a una ceremonia de otro de los cultos que perviven en la ciudad sagrada: las Apariciones de Elvis. cada noche desde hace treinta años, el Rey regresa de entre los muertos para presentarse ante sus fieles y cantar My Way dentro de su blanquísimo traje de lentejuelas. Posee también el don de la bilocación porque mientras encandila a un público entregado de señoras de la tercera edad en una sala del Montecarlo Resort, hace también su aparición en el auditorio del Mandalay Bay y en el teatro del Stratosphere, ante otros tantos devotos.

Finalmente, me encuentro con José Martingala ante la distinguida barra del Burger King del casino, y hablamos sobre el gran tema en cuestión: la abolición del azar, el culto de la Fe Matemática.

(mañana la segunda parte)