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De luchadoras y exóticos: dos documentales imprescindibles sobre el deporte rey

De luchadoras y exóticos: dos documentales imprescindibles sobre el deporte rey

De luchadoras y exóticos: dos documentales imprescindibles sobre el deporte rey

En nuestras recomendaciones de hoy, traemos un par de documentales que harán las delicias de toda la familia, siempre y cuando a la familia le guste la lucha libre.

El primero de ellos es Luchando con mi familia (The Wrestlers: Fighting with my family), un documental para la televisión británica del año 2012, producido por Channel 4, que cuenta la historia de los Knights, una irreductible familia de luchadores de Norwich, condado de Norfolk. Fundadores de una casi imaginaria “Asociación Mundial de Lucha Libre” en su ciudad del este de Inglaterra, la familia recorre los pueblos del condado en su furgoneta, organizando espectáculos luchísticos en míseros clubes de barrio. 

Los Knights son papá “Rowdy Ricky Knight”, mamá Julia “Sweet Saraya” Knight, los hermanos “Zak Zodiac” y Roy “The Zebra Kid”, y la hermana pequeña Saraya Jade “Britani Knight”. Forman una familia muy bien avenida, aunque cuando se suben al cuadrilátero se dan mutuamente unas buenas palizas. La vida familiar de los Knights, enormemente unida por la lucha libre, sufre un cataclismo cuando la mayor empresa mundial de lucha, la norteamericana WWE, en su paso por Inglaterra para reclutar nuevos talentos, acaba seleccionando a la pequeña de la familia, que deberá trasladarse a América para convertirse en una superestrella de la lucha. Seguimos entonces los pasos de Saraya Jade, desde su casita en los suburbios de Norwich, hasta un centro de alto rendimiento en California, en donde acabará convirtiéndose en “Paige”, una de las más carismáticas estrellas internacionales de la lucha libre femenina.

Tan carismática que la propia empresa que la contrató acabó produciendo, unos pocos años mas tarde, una película “de ficción basada en hechos reales” sobre la peripecia de la luchadora y su peculiar familia. Coproducida por la estrella de Hollywood y de la lucha libre Dwayne “La Roca” Johnson, la película, llamada también Fighting with my family y estrenada en 2019, consigue arruinar todos los atractivos que presentaba el documental original, empaquetando una típica “comedia dramática” hollywoodense al uso, con todos los tópicos que imaginarse pueda.

De manera que, atención, no se pierdan Fighting with my family, el documental, y huyan como de la peste de Fighting with my family, la película.


El otro documental que recomendamos enfáticamente es Cassandro The exótico!, dirigido en 2018 por la documentalista francesa Marie Losier, y estrenado en cines y en varios festivales, entre ellos, Cannes, en su sección Acid.

Hacemos un pequeño paréntesis introductorio: dentro del universo de la lucha libre mexicana, los “exóticos” son luchadores que han desarrollado un personaje abiertamente gay. Una modalidad, el “estilo exótico”, aunque muchas veces relegado a posiciones marginales, tiene ya larga tradición en la lucha libre mexicana. Y muchas estrellas, como Pimpinela Escarlata, Pasion Kristal, Pekador Eros, Estrella Divina, Diva Salvaje, Black Mamba o Polvo de Estrellas.

Aunque existe otro documental anterior que trata el tema (Los Exóticos, 2013), este que nos ocupa se centra en la figura de uno de los más carismáticos luchadores del estilo: Cassandro, también conocido como “el Liberace de la lucha libre”, por su personaje inspirado en el extravagante pianista y showman norteamericano. Cassandro, cuyo nombre verdadero es Saúl Armendáriz, nos va contando su ya larga carrera por los cuadriláteros —más de 25 años— su pasado de adicciones, su intento de suicidio, sus muchas heridas y lesiones, mientras lo acompañamos a sus entrenamientos, a sus giras por México, por Estados Unidos, por Europa… Asistimos a sus maratonianas sesiones de maquillaje, un proceso riguroso de acicalado de cejas, pestañas y labios, aplicación de purpurina, laca y oxigenado de cabello. Riguroso y sorprendente, si tenemos en cuenta que inmediatamente después se subirá a un cuadrilátero, con su larga bata de cola y sus boas de pluma, a darse mamporros con otro luchador. “Mi máscara es mi maquillaje”, explica Cassandro, cuando se le pregunta por qué no utiliza las típicas máscaras de la lucha libre mexicana.

Armendáriz, nacido en El Paso, Texas, decidió, a los dieciséis años, abandonar la escuela y dedicarse a la lucha libre, para lo cual cruzó el puente que sirve de frontera con Ciudad Juárez, en el lado mexicano. Aprendió los secretos de la lucha con Rey Misterio senior, quien también le sugirió el nombre que acabaría adoptando, inspirado en una famosa madama de Tijuana llamada Cassandra, que regentaba una célebre casa de putas y, a la vez, reinvertía el dinero ganado en hogares para madres solteras y niños de la calle. Cassandro fue el primer exótico en conseguir un título mundial de lucha libre, en 1992, un pequeño paso para Cassandro, pero un gran paso para traspasar fronteras de género, en un país tradicionalmente machista como México. La trayectoria de Cassandro ayudó a dignificar el papel de los “exóticos” en el mundo de la lucha libre. La directora Marie Losier lo siguió durante seis años, desde su apogeo en el mundo de la lucha hasta el inevitable comienzo del ocaso, para acabar de dar a luz este excelente documental que mezcla entrevistas con increíbles imágenes de archivo. No se lo pierdan.

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