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Austenasia, el microimperio en donde nunca se pone el sol

Austenasia, el microimperio en donde nunca se pone el sol

Austenasia, el microimperio en donde nunca se pone el sol

Hace años, inauguramos este modesto blog con una nota sobre las micronaciones. Desde entonces, este fenómeno no ha parado de crecer, hasta llegar a convencernos de que en el futuro cada persona tendrá su propia nación, la república (o reino) independiente de su casa.

De las más de cuatrocientas micronaciones contabilizadas al día de hoy, podemos mencionar, a manera de botón de muestra, algunos casos: 

En alguna parte de Oceanía está Atlantium, el imperio levantado en 1981 en el jardín trasero de la casa de la madre de Su Majestad Imperial George II, en los años noventa se independizó definitivamente (tanto territorialmente como de su madre) con la adquisición de un terreno de setenta y seis hectáreas en donde se erigió una pirámide blanca de cuatro metros de altura (¡la única pirámide del continente! según Su Majestad), y una cabaña detrás. Ambas estructuras configuran Concordia, la capital del imperio. Atlantium es la primer nación que se ofrece para alquiler en la plataforma AirBnb. Después de todo, no será el primer estado que sobrevive gracias al turismo.

También en Oceanía se materializó el Reino Gay y Lesbiano de las Islas del Mar de Coral, nacido como consecuencia del rechazo a la aprobación de la ley del matrimonio homosexual en el parlamento australiano, en el año 2004. En un acto de protesta, sus fundadores, un grupo de activistas por los derechos sexuales, inauguraron esta micronación, de nombre más extenso que su territorio, con la intención de poner en marcha y por decreto una legislación que avalase el matrimonio entre personas del mismo sexo. Uno de los integrantes del grupo, Dale Parker, se declaró emperador, bajo el nombre de Dave I, y declaró I am what I am, de Gloria Gaynor, como Himno Nacional. Australia, de más está decirlo, no reconoce al Reino Gay y Lesbiano de las Islas del Mar de Coral como estado independiente. Ni Australia ni nadie, en realidad. Pero el Reino obtiene su exigua recaudación de la venta de sellos postales con su enseña oficial, la bandera del arco iris.

También llamativo es el caso del primer reino espacial, Asgardia, que orbita a unos 400 km de distancia de la Tierra, y que, a pesar de contar con unos 300.000 ciudadanos, mide apenas unos 10 x 10 x 20 centímetros, y pesa menos de tres kilos. Sucede que el territorio del reino de Asgardia en un minisatélite modelo CubeSat, lanzado al espacio en 2016 aprovechando un vuelo de suministros hacia la estación espacial internacional. El impulsor de Asgardia, y el jefe de su gobierno, es el aserbayano Igor Ashurbeyli que, de momento, vive en la Tierra, al igual que el resto de los ciudadanos de su reino.

Pero si hay un caso impresionante de micronación imperial, por su extensión a lo largo de todo el globo, al punto que sus gobernantes presumen de que en su territorio nunca se pone el sol, es Austenasia. Fundado en la Gran Bretaña, Austenasia declaró su independencia del Reino Unido en septiembre de 2008 cuando Terry Austen, un guardia de seguridad, y su hijo Jonathan, que por entonces iba al colegio, enviaron al representante parlamentario de su distrito, en el suroeste de Londres, la declaración unilateral de independencia sobre los territorios que ocupaba su vivienda, una casa adosada, ubicada en el 312 de Green Wrythe Lane, en Carshalton.

Ante la falta de respuesta, Terry y Jonathan enviaron más cartas, en este caso al por entonces primer ministro británico Gordon Brown, y a la Secretaría de Estado de Interior.

Considerando el silencio administrativo que siguió a este acto solemne, los Austen consideraron validada su independencia. Terry se acabó autoproclamando emperador, y nombró a su hijo Jonathan primer ministro, repartiéndose así la jefatura del estado y la jefatura del gobierno, respectivamente. Enarbolaron la bandera de Austenasia en la ventana de la primera planta de la casa (una enseña amarilla con cinco líneas rojas que nacen desde el centro), adoptaron un himno nacional, e incluso un animal nacional (el espinosaurio, lo que la convierte en la primera nación en adoptar una especie extinta como animal nacional).

En febrero de 2010 Terry I abdicó, sucediéndole en el trono Esmond III, hecho que acabó por hacer estallar una guerra civil, la primera registrada en el seno de una micronación.

Los rebeldes legitimistas, partidarios del reclamo al trono de la princesa Caroline, hija menor de Terry, acabaron claudicando después de un enfrentamiento que se extendió entre marzo y mayo de 2010, y que culminó con el Tratado de Carshalton y la convocatoria de un referendum que aseguró la victoria del bando gubernamental. Pero el emperador Esmond III se vio a su vez obligado a abdicar en favor de Declan I, para acabar de aplacar un conflicto que llegó a concitar la atención de todo Carshalton, el vecindario en donde se enclava Austenasia.

Declan I, finalmente, abdicó en 2013 "por motivos personales", y el hasta entonces primer ministro ocupó el trono bajo el nombre de Jonathan I.

Austenasia se considera a sí misma la sucesora natural del Imperio Romano. Con el tiempo, fue creciendo de manera imparable, hasta ocupar actualmente un territorio que consta de treinta y ocho terrenos no contiguos: doce en Gran Bretaña, cinco en el resto de Europa, cuatro en Asia, quince en América del Norte, uno en América del Sur, uno en Oceanía y uno en África. Un total de ochenta y dos habitantes, en los cinco continentes.
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