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Política de vanguardia: el Ministerio de Ocultismo

Política de vanguardia: el Ministerio de Ocultismo

Política de vanguardia: el Ministerio de Ocultismo

 

Lo que no puede ser no puede ser. Una serie de desafortunados acontecimientos y la prematura muerte de su inspirador acabaron escamoteando a la Historia una de las más originales iniciativas en materia de política de vanguardia: la creación, en la Alemania de los albores del Tercer Reich, de un Ministerio de Ocultismo, cartera que ocuparía nada menos que un vidente y mentalista judío, el célebre “mago de Hitler” Erik Jan Hanussen.

Tan necesaria repartición estatal no llegó, como decíamos, a concretarse, por el inoportuno encuentro entre Hanussen y una bala calibre 9 milímetros.

Pero la peripecia vital del vidente del nazismo, de actor callejero en el gueto judío de Viena a multimillonario y todopoderoso profeta del Tercer Reich (contada con pelos y señales en el imprescindible libro de Jesús Palacios Hanussen, la vida y los tiempos del mago de Hitler), merece una reseña.

Nacido Herschmann Chaim Steinschneider en Viena, criado en los teatros ambulantes y el circo, que será su primera escuela; sucesivamente actor, cantante de ópera, domador de leones, detective psíquico, periodista, rabdomante, espiritista, hipnotizador, vidente y astrólogo, entre otros muchos oficios; recurrió también a varios nombres hasta alcanzar su identidad definitiva: Hanussen.

Hanussen amasó una fortuna con impresionantes espectáculos en los que ponía en práctica sus dotes adivinatorias, combinadas con números de mujeres forzudas que él mismo entrenaba.

En el periódico que dirigía, el Berliner Wochenstchau, profetizó una y otra vez el ascenso del partido Nazi, el por entonces modesto grupúsculo político dirigido por un casi desconocido Adolf Hitler. Hanussen apoyó con entusiasmo las nuevas ideas pro-arias. Ser judío no lo desanimó en absoluto. Tal fue su apoyo que además de vidente se transformó en prestamista a gran escala de varios de sus dirigentes.

Pero su trabajo no se limitó a predecir con sorprendente exactitud cada uno de los hechos que marcaron el advenimiento del Reich. Hitler, por entonces, era un político aficionado con escaso carisma y serios problemas de comunicación en público. Aquí parece ser que Hanussen jugó también un papel fundamental: enseñó al futuro Führer todos los gestos, las maneras, la puesta en escena y los recursos de fascinación de masas que él mismo había desarrollado para sus espectáculos. Sus dotes de hipnotizador y, sobre todo, su experiencia en el circo se revelaron fundamentales para la tarea.

El judío Hanussen se colocó así en primera plana en el grupo de confianza de Hitler. Su ambición, llegar a ser Ministro de Ocultismo en el futuro gobierno de los mil años. Junto al Ministerio, también proyectaba fundar y dirigir una Universidad de Ocultismo. Para ir abriendo boca inauguró un establecimiento, el fastuoso “Palacio del Ocultismo”, en donde cada noche presidía una sesión de videncia ante los futuros dirigentes de la raza superior, la plana mayor del Tercer Reich (escenas que se pueden ver en la película de Werner Herzog Invencible, de 2001, con Tim Roth interpretando a Hanussen).

Coincidiendo con la llegada de Hitler a la cancillería, Hanussen hace su más impresionante vaticinio. Pronostica, con 24 horas de antelación, el incendio de la sede del parlamento alemán, acontecimiento que supondría el inicio del poder absoluto del nazismo.

Pero aquí la suerte de Hanussen cambia de rumbo: el futuro Ministro de Ocultismo de la Nueva Alemania pierde el favor de la jerarquía nazi. Muchos apuntaron que un ministro judío no hubiera estado bien visto en el gabinete ario del nuevo orden mundial. Tal vez. Pero más probablemente la muerte del mentalista supuso la manera más práctica de cancelar las enormes deudas monetarias contraídas por sus amigos del partido; gente que no era de fiar, después de todo.

El caso es que este hombre genial a su manera, que vivió varias vidas en el corto espacio de 44 años, acabó su historia increíblemente con el único acontecimiento que su talento de vidente no fue capaz de predecir: su propio asesinato.

 

Hanussen. La vida y los tiempos del mago de Hitler. Jesús Palacios. Ediciones Oberon.