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Grandes conspiraciones del siglo XX: El caso William Campbell

Grandes conspiraciones del siglo XX: El caso William Campbell

Grandes conspiraciones del siglo XX: El caso William Campbell

De los grandes complots que marcaron el siglo, ninguno es tan inquietante como el que vamos a recordar hoy.
Ni la misteriosa muerte del Papa Juan Pablo I, ni el asesinato de JFK llegaron a sacudir los cimientos de nuestra civilización occidental como lo hizo la asombrosa confabulación que ocultó la muerte de uno de los integrantes del grupo musical más famoso del mundo: los Beatles.

Hagamos memoria y recapitulemos:
Paul McCartney muere en un terrible accidente de coche un día de noviembre de 1966.
La discográfica de los Beatles, con la venia del resto del grupo, organiza un “concurso de dobles”, del que sale elegido un tal William Campbell, policía canadiense aficionado a la música, como sustituto del beatle muerto.
Hasta aquí todo bien. Campbell no solo es idéntico físicamente a Paul; además canta como Paul, toca el bajo igual que Paul y es un compositor tan dotado como Paul. Solo que no es Paul. Es William.

El caso es que el grupo empieza a dejar “pistas” en todos sus discos, que hacen referencia a la muerte del beatle, y esto desata una auténtica fiebre conspiranoica que dispara a cientos de miles de “mulders y scullys” de todo el mundo a la frenética búsqueda de claves secretas de la gran confabulación.

Hasta unos 100 mensajes cifrados se han llegado a detectar en la obra del cuarteto, que aireaba de esta manera el secreto de la muerte de Paul. No quiero ni imaginar el terrible trauma, la increíble presión psicológica que este proceso debió suponer para el pobre William Campbell.

Las pistas son tantas que sería imposible dar cuenta de todas, así que recordaremos las más llamativas.
Las portadas de los discos: Están repletas de referencias a la muerte de McCartney. Los fans de todo el mundo las han analizado de forma harto más minuciosa que a la trayectoria de la bala que mató a Kennedy, sin duda alguna.
En tres de ellas (Sgt. Peppers, Yellow Submarine y Revolver) hay una mano abierta encima de la cabeza de Paul. Esto, según la tradición india, señala a una persona que ha muerto recientemente.
En la famosa portada del Sgt. Peppers, además, se escenifica claramente un funeral. Y en la tierra, debajo de las flores rojas que forman la palabra “beatles”, vemos unas flores amarillas que dibujan la forma de un bajo (el instrumento de Paul). Si miramos con atención, veremos que las flores forman también la palabra “PAUL?”.
En la contraportada, el falso Paul es el único de los cuatro que aparece de espaldas.
La portada de Abbey Road también escenifica un cortejo fúnebre. La vestimenta de los cuatro nos sugiere que John va de predicador, Ringo de doliente, George de sepulturero y Paul, descalzo y con los ojos cerrados, de difunto. Es, además, el único que marcha con el paso cambiado y lleva un cigarrillo en la mano derecha (cualquiera sabe que McCartney era zurdo). La matrícula del coche de la izquierda no deja lugar a dudas: 28IF, es decir, Paul tendría 28 años SI (if) estuviera vivo.
Sería ocioso ahondar aquí en las pistas contenidas en las letras de las canciones. Baste decir que prácticamente todas traen alguna referencia a la muerte de Paul. No es exagerado afirmar que algunas canciones han sido escuchadas más veces del revés que del derecho, en la inacabable tarea de desenterrar mensajes cifrados.

En fin, a pesar de lo abrumador de las evidencias, William Campbell nunca ha llegado a ser oficialmente desenmascarado. ¿mito o realidad? En la Caja Negra preferimos creer que así es como ha sucedido todo. Porque un complot de estas magnitudes es lo que les faltaba a los Beatles para ser, efectivamente, más grandes que Jesucristo (del que por el contrario se dice que no murió realmente en la cruz, que el crucificado era un doble y que Él se casó con María Magdalena, pero esto es ya otra historia).