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UNARIUS, la otra Fábrica de Sueños de la dorada California

UNARIUS, la otra Fábrica de Sueños de la dorada California

En la década de los ochenta, los canales de tevé por cable que transmitían en abierto por todo el territorio de los Estados Unidos se lanzaron a programar unas alucinantes y alucinógenas películas que incluían escenas históricas mezcladas con ovnis y extraterrestres, con un toque único de Technicolor. Sus intérpretes no eran actores profesionales sino miembros de UNARIUS, un culto ovni californiano que, desde su sede en la pequeña localidad de El Cajon, producía filmes por docenas para disfrute de los patidifusos televidentes de norteamérica.

Al frente de estas producciones estaba Ruth Norman, una incandescente dama —conocida también como el Arcángel Uriel— que se mantenía en permanente contacto, a través de "transmisiones mentales", con unos sabios, amables y misteriosos seres del espacio.

Pero la historia de Ruth Norman comienza mucho antes de su llegada a El Cajon. El Arcángel Uriel nació Ruth Anna Nields el 18 de agosto de 1900. En 1954 conoció al que sería su marido, Ernest Norman, en unas conferencias sobre espiritualidad. Ambos se convertirían en una pareja imbatible de visionarios cósmicos, y juntos acabarían fundando UNARIUS (Comprensión Universal Articulada Interdimensional de la Ciencia, en sus siglas en inglés), un culto dedicado a la "ciencia interdimensional" que practicaba el contacto mental con seres de otros planetas y la exploración de vidas pasadas. 

Ernest Norman aseguraba ser la reencarnación de Jesús y el inventor de la televisión, y en 1955 llegó incluso a trasladarse al planeta Marte en un viaje astral. Allí descubrió que los marcianos visitaron nuestro planeta siglos atrás, y como prueba de ello ahí están los chinos, que, según afirmó, son sus descendientes.

Pero Ernest murió, o pasó a otra dimensión, en 1971, y poco después Ruth Norman, que ya contaba con más de setenta años, decidió mudar la sede de UNARIUS de Los Angeles a El Cajon, al este de San Diego. Pronto Ruth no tardó en hacerse popular en la ciudad como la exuberante dama de cabello púrpura que conducía un Cadillac azul del 69, coronado con un gran platillo volante de metal lleno de lucesitas parpadeantes en el techo. Sus paseos por el centro del pueblo no debieron pasar desapercibidos.

El Arcángel Uriel comenzó también a desvelar sus múltiples vidas pasadas: antes de ser Ruth Norman había sido la madre de Akenatón; el rey fundador de la Atlántida; la virgen María; la reina Hatshepsut; Sócrates; Akbar, emperador de la India; Pedro el Grande; la reina María Teresa; la reina Isabel I; Carlomagno; Johannes Kepler; Quetzalcóatl; Benvenuto Cellini; la Gioconda; el Buda Gautama; Zoroastro; el Inca Atahualpa; Darío I de Persia; el rey Arturo; y muchos, muchos más. Sorprendente, sobre todo si tenemos en cuenta que varias de las encarnaciones de Uriel vivieron simultáneamente...

En 1975 compró sesenta y siete acres de tierra a las afueras de la ciudad para que sus amigos extraterrestres tuvieran un lugar en donde aterrizar, como dejaba claro el cartel que colocó al frente de la parcela: "BIENVENIDOS HERMANOS DEL ESPACIO". 

Los hermanos del espacio nunca vinieron, pero mientras tanto Ruth había alquilado una nave industrial para establecer la sede de su academia de "Ciencias Terapéuticas Psíquicas", y es aquí donde comienza la era dorada de UNARIUS y sus locas películas.

Porque a aquella peculiar academia empezaron a llegar un montón de alumnos casi tan entusiastas como Ruth Norman, con la intención de explorar los misterios del universo a partir de la conexión mental con los hermanos del espacio y descubrir sus propias vidas pasadas, puesto que todos ellos creían en la reencarnación. Y para explorar todas estas dimensiones comenzaron a rodar una serie de películas salvajemente imaginativas a las que dieron el nombre de Psicodramas.

Ruth armó en la nave un estudio de producción de videos, y allí los utópicos estudiantes de UNARIUS comenzaron a desplegar aquel teatro enloquecido: más de cien producciones protagonizadas por la propia Uriel, un Arcángel con vocación de alta costura, y sus inspirados unarianos, vestidos con pelucas, tiaras y chillonas túnicas espaciales (Ruth afirmaba que los extraterrestres usaban ropas más coloridas que los terrícolas). Unas fantasías de color y brillos que dejarían a cualquier concurso de Miss Drag Queen a la altura de un coro de monjes salesianos.

Las películas mezclaban personajes históricos como Napoleón o Cleopatra con dioses egipcios, a Jesucristo con seres de Marte, a cavernícolas con atlantes y con visitantes de Ganímedes o de Venus en un hermanamiento sin complejos, y todo acompañado con los efectos especiales más maravillosamente artesanales que jamás se hayan visto en una pantalla.

Los guiones eran en buena medida improvisados sobre la marcha, puesto que esto formaba parte del proceso de curación que comportaba el Psicodrama, a través del cual los participantes exploraban sus mentes y recreaban sus muchas vidas pasadas. Vidas pasadas siempre en algún lugar exótico, como la Atlántida, el Egipto faraónico, las ciudades subterráneas de Marte o algún planeta de la constelación de Orión. Nunca en Pensacola.

Poco después, aquellas producciones de UNARIUS comenzaron a emitirse en los canales de tevé por cable de acceso público, siempre necesitados de material para rellenar sus programaciones, aún a costa de provocar un trauma en sus audiencias.

Ruth Norman, el Arcángel Uriel, abandonó este plano de existencia en 1993, sin haber ganado nunca un Oscar por su invalorable contribución al séptimo arte.

La sede mundial de UNARIUS, ubicada en un barrio de tiendas de segunda mano de El Cajon, California, está abierta a los visitantes y tiene un pequeño pero interesante museo: varios retratos de Ruth Norman luciendo sus alucinantes trajes futuristas y su espectacular peinado esculpido, el trono dorado decorado con plumas de pavo real que Ruth solía utilizar, una selección de sus cetros, y otros artefactos visionarios, incluida una impresionante maqueta de la Ciudad Modelo del Futuro, que la lideresa de UNARIUS siempre soñó construir.


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